El verano aún es la época de vacaciones para muchas personas. También para los reyes, que pausan sus tareas diplomáticas por unas semanas. Así, con el calor sofocando Europa, los monarcas abandonan sus viviendas habituales para retirarse a sus lugares de veraneo. Entonces podemos visitar sus suntuosos hogares. Aunque el Palacio Real de Bruselas no es la residencia oficial del rey de Bélgica, sí que es la sede de sus oficinas, y por eso en verano abre sus puertas al visitante de Bruselas.
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El 21 de julio, día nacional de Bélgica en el que se conmemora el aniversario de la jura de la constitución de Leopoldo I, primer rey del país, comienza también la temporada de visitas en el Palacio Real de Bruselas, que suele acabar el primer domingo del mes de septiembre. Entonces, de forma gratuita, cualquier persona que se encuentre en Bruselas, puede visitar este palacio, cuya construcción se inició antes de que Bélgica como país existiese. Además, podrás ver una de las salas más extrañas que jamás vi en un palacio.
Construcción del Palacio Real de Bruselas
Fue a finales del siglo XVIII cuando comenzaron las obras de este palacio, que no mostraría su aspecto actual hasta principios del siglo XX, cuando el rey Leopoldo II aprovechó el dinero obtenido de la explotación del marfil y el caucho en el (entonces llamado) Estado Libre del Congo para hacer un lavado de cara a media capital belga.
Hoy en día son los elementos añadidos durante el reinado de Leopoldo II los que más destacan en la fachada de este edificio en estilo neoclásico, los tejados, el frontón esculpido que se posa sobre las columnas de la entrada principal y el jardín que separa al edificio de la calle. Pero lo que más me sorprendió fue, sin duda, la falta de banderas en el edificio oficial de la monarquía de un país en el que el rojo, amarillo y negro decoran los rincones más insospechados.
Interior del Palacio Real de Bruselas
Una vez pasado el recibidor del Palacio Real de Bruselas comienzan las muestras de lujo con la Gran Escalinata. Diseñada también para Leopoldo II, sus escaleras de mármol blanco con balaustrada de mármol verde, columnas de piedra y la diosa Minerva presidiendo el lugar te dan la bienvenida.
Dejando la Gran Escalinata atrás comienza un paseo claramente marcado a lo largo de las distintas habitaciones del Palacio Real de Bruselas. En cada una de ellas, todos los elementos decorativos están perfectamente seleccionados y muestran la riqueza de una familia real que especialmente creció a principios del siglo XX, antes de que las grandes guerras desolasen el país.
Casi cada pieza de mobiliario ha pertenecido a alguna familia real y fue regalada a la monarquía belga durante los últimos 150 años. Hay tapetes españoles de dibujos de Goya, habitaciones enteras regaladas por reyes, salas de instrumentos, vasijas exóticas, lámparas de araña inverosímiles y, entre toda esta muestra de posesiones, algunas piezas informativas sobre la nobleza belga.
Salas mayores del Palacio
Son las últimas salas de la visita las que conllevan los momentos más interesantes de una jornada en el Palacio Real de Bruselas. Por un lado la exposición sobre el impacto de la monarquía en las dos Guerras Mundiales y por otro la grandeza de los elementos de las salas más grandes, destacando los frescos del Gran Salón, te preparan para el clímax.
Habitación de los Espejos del Palacio de Bruselas
Un clímax que llega en la Habitación de los Espejos del palacio, y no precisamente por los elementos que dan nombre a la sala, sino por los bupréstidos tailandeses, un tipo de escarabajos. Desde que en el año 2002 el artista Jan Fabre decoró una de las lámparas de araña y parte del techo con el caparazón de más de un millón de estos insectos, su intenso color esmeralda se ha convertido en la mayor atracción del Palacio Real de Bruselas.
Todo esto gracias a la particular forma en la que todas las capas que componen los caparazones reflejan la luz, una maravilla de la naturaleza que te hará olvidar la extraña sensación inicial de saber que hay millones de bichos sobre tu cabeza. O al menos sus alas.
Datos de contacto del Palacio Real de Bruselas
En el siguiente cuadro tienes la información más relevante sobre el Palacio Real de Bruselas, para que prepares tu visita.
- Palacio Real de Bruselas
- Rue Brederode 16, 1000 Bruxelles, Bélgica
- Abierto al público durante el verano. Última ocasión del 23 de julio al 25 de agosto de 2019.
- Entrada gratis
- Página web oficial
Qué ver cerca del Palacio Real de Bruselas
La estación central de tren de Bruselas se encuentra a menos de diez minutos andando del Palacio Real y es el punto de partida de mi ruta por el centro de Bruselas favorita.
Además, el palacio está a un kilómetro de la Grand Place, el centro de la ciudad y punto de inicio del free tour, visita guiada gratis por los lugares imprescindibles del centro de Bruselas (reserva a través de este enlace). Otras visitas guiadas gratuitas que comienzan en la Grand Place son el free tour de los barrios alternativos (reserva aquí) y el de misterios y leyendas (reserva aquí).
También hay tours de pago que comienzan en la Grand Place, como el tour del modernismo (art nouveau) por 15.00€ en este enlace, el de los murales del cómic por 12.00€ en este enlace, el tour gastronómico por Bruselas por 45.00€ pulsando aquí, el del chocolate por 25.00€ en este enlace y finalmente el tour de la cerveza belga por 24.50€ reservando a través de este enlace.
Entre el Palacio Real y la Grand Place puedes encontrar muchos de los museos de Bruselas más importantes y si tienes la suerte de visitarlos el día adecuado podrás incluso tener entrada gratis.
Finalmente, no muy lejos de la Grand Place están las Galerías Reales Saint-Hubert, un lugar comercial de ensueño, y el Manneken Pis, la estatua del niño orinando que ha terminado por representar a la ciudad.
La visita al Palacio Real de Bruselas no es un motivo suficiente para posponer hasta el verano tu viaje a la capital de Bélgica, pero sí una visita gratuita curiosa, especialmente si tienes la suerte de que el día sale tan bueno que el calor te impide poder pasear por la ciudad en las horas de más calor.