Esta semana se cumplirán los tres meses desde que comencé a vivir en Bélgica. Tres meses que son seguramente tiempo suficiente para tener una pequeña idea de cómo es la vida en este país centroeuropeo pero que también me dejan con la sensación de que aún me queda mucho por descubrir. Si tienes pensado ir a vivir a Bélgica o visitar el país en profundidad, más allá de lo que las guías comunes te cuentan, estás en un buen lugar.
Lo primero que destaca cuando viajas a Bélgica por primera vez es lo poco que conocemos el país. Como me decía uno de vosotros por email hace unos días, pensamos que Bélgica es una especie de país satélite de Francia, una Francia de segundo nivel. ¡Qué lejos de la realidad están esos pensamientos!
Para empezar, Bélgica es un país muy complejo. Compuestos de tres regiones tan independientes entre ellas que permitieron que el país no tuviese gobierno central durante 589 días entre 2010 y 2011, saliendo aún así de la crisis.
Flandes, Valonia y el área de Bruselas solo tienen en común que pertenecen al mismo país, Bélgica, y además están orgullosos de esto. Pero ahí se acaban las similitudes de dos regiones y una gran metrópolis con grandes diferencias de base.
Flandes, el norte de Bélgica, es bastante más rico, con menor tasa de paro. Allí el único idioma oficial es el flamenco, un dialecto del neerlandés. Muchas de las ciudades más famosas de Bélgica se encuentran en Flandes: Brujas, Gante, Amberes o Lovaina.
Valonia, al sur del país, tiene una mayor tasa de desempleo y mucha menor población (3.5 millones por los 6.5 millones de Flandes pese a tener 3000 kilómetros cuadrados más de superficie). En Valonia se habla exclusivamente francés y las Ardenas, una gran región de bosques, son sin duda el lugar más verde del país y su mayor reclamo turístico. Lieja y Charleroi, famosa por tener el aeropuerto que Ryanair llama de Bruselas, son sus dos ciudades más pobladas.
En el centro de todo esto, Bruselas. La capital que tiene tanto el flamenco como el francés como idiomas oficiales es absolutamente independiente del resto del país, a pesar de estar situada dentro del territorio flamenco. Quizás esto se haya vuelto aún más intenso desde la llegada de la Unión Europea, cuya sede está en la ciudad, y que hace que no haya una ciudad más europea que Bruselas en todo el continente.
Por si todo esto fuera poco, una región al este de Valonia es germanoparlante. Allí el idioma oficial es el alemán, y por tanto temas como la cultura, educación, radio y televisión son independientes allí del resto de Valonia.
Estos son, sin duda, los motivos por los que se suele decir que Bélgica es el país con más burocracia del mundo. Y aunque normalmente estas afirmaciones tienden a exagerar, lo cierto es que he tenido que hacer bastantes viajes al ayuntamiento para asentarme legalmente aquí, a pesar de ser europeo, e incluso recibí la visita de la policía a mi domicilio.
Bélgica es un país culto, con una tasa altísima de estudiantes universitarios y donde el arte es muy apreciado, como se puede ver en la gran cantidad de museos, exposiciones, conciertos y eventos culturales de todo tipo que se realizan en todas las ciudades. Además, el noveno arte, el cómic, es tratado en Bélgica como en ningún otro país, siendo los belgas los mayores productores de tebeos per capita del mundo.
Un país relativamente joven, pues apenas fue reconocido como independiente de los Países Bajos en 1830, esto no impide que el legado histórico de Bélgica esté presente en todo el país, especialmente la influencia del comercio fluvial en el país durante la Edad Media. Brujas, Lieja, Gante, Amberes, Namur o Lovaina tienen bellos centros históricos que apenas han cambiado, pese a las dos invasiones germanas durante las Guerras Mundiales del siglo XX.
Los belgas son en general personas educadas y tranquilas, acostumbradas a tener un buen nivel de vida y a disfrutar en la medida de lo posible de la naturaleza. Además, al igual que sus vecinos los holandeses, disfrutan mucho del deporte rodado, prácticamente todo el mundo tiene una bicicleta y es sorprendente la cantidad de gente que va a trabajar o a estudiar con este transporte.
Algo fantástico por otro lado para compensar uno de los mayores legados de los belgas con el resto de la humanidad: la cerveza. Con miles de cervezas distintas a pesar de ser un pueblo de poco más de diez millones de habitantes, cualquier local tiene un conocimiento tremendo del oro líquido.
Como un artículo no es ni mucho menos suficiente para explicar la vida en un nuevo país, tienes enlazados aquí mismo muchos otros artículos sobre la vida en Bélgica, el trabajo, turismo, y curiosidades. Navega por ellos y si descubres que hay cosas que aún no he respondido no dudes en comentármelo. Y recuerda que si buscas comunicarte con tu móvil con un número local, aquí hablo de cómo elegir tu tarjeta SIM en Bélgica.