Tallin

Qué no hacer en Tallin, 7 cosas que evitar a toda costa

Publicado: octubre 5, 2018 Actualizado: abril 12, 2024 7019 views
Comprar ámbar, algo que no hacer en Tallin. Comprar ámbar, algo que no hacer en Tallin.

¿Alguna vez has leído consejos en Internet sobre tu ciudad y has pensado “el tipo que escribió esto no tiene ni idea”? A mí me ha pasado decenas de veces leyendo artículos sobre Tallin. Como residente, para mí es fácil ignorar malos consejos, pero cansado de ver a visitantes caer en las mismas trampas, tengo que tomar las riendas. Estas son las cosas que no hacer en Tallin, aunque te las recomienden.

¿Por qué hacerme caso? Si hacerme feliz no es motivo suficiente, piensa que llevo casi cuatro años viviendo aquí. He tenido la fortuna y el tiempo suficiente para probar más restaurantes, leer más libros y meter la pata más veces que cualquier otro. Es lo bueno y lo malo de Vivir Europa en lugar de visitar unos días. ¡Que mis errores sirvan para que tú no los cometas!

Comer en Olde Hansa

La primera cosa que no hacer en Tallin puede crear algo de controversia. Si buscas en Google “mejor restaurante de Tallin”, de los diez artículos en la primera página, más de la mitad te recomiendan Olde Hansa, un restaurante de temática medieval situado en un edificio que en el siglo XVII hacía de almacén y punto de venta de productos importados (una suerte de centro comercial primitivo).

Fachada del restaurante Olde Hansa en estilo medieval con peatones pasando en frente.
Fachada del restaurante Olde Hansa en estilo medieval con peatones pasando en frente.

Emplazado en la calle Vana Turg, a escasos pasos de Raekoja Plats, el corazón del centro histórico de Tallin, es difícil deambular por Tallin y no pasar frente a Olde Hansa. De aquí a seguir las recomendaciones y acabar comiendo aquí hay sólo un paso. ¡Pero no deberías!

Aunque no es un mal restaurante, Olde Hansa no es sobresaliente, y desde luego no es el mejor de la ciudad. Los locales y quienes han comido aquí antes que tú lo saben, dejándolo a finales de la segunda o principios de la tercera página de TripAdvisor para restaurantes de la ciudad.

Si todo se quedase en las reseñas no pasaría nada, al fin y al cabo yo, como tú, tampoco me fío de las masas. Pero la cosa se pone más fea cuando combinas productos de calidad media con unos precios exagerados. Veamos ejemplos con tres platos relativamente típicos en una comida introductoria a Estonia.

Comparemos precios de buenos restaurantes de Tallin con Olde Hansa

Sopa. la “Sopa densa con carne” de Olde Hansa tiene un precio de 8.20€. Esto es 1.50€ más caro que la sopa más cara de Rataskaevu 16 (que no es precisamente un restaurante barato), su sopa de setas y carne de alce cuesta 6.70€. Si la carne de la sopa densa es además cerdo y no alce, la diferencia en precio es aún peor. La sopa de carne ahumada con patatas en Vanaema Juures cuesta 3.50€.

Paté de carne de vacuno. Este plato es un plato favorito de muchos estonios. La gente compra patés en los supermercados y los toma sobre pan negro como desayuno o entrante en las comidas. En Olde Hansa te costará 10.30€, en Rataskaevu 16, 8.90€.

Alce. Aunque realmente el alce no es un plato que los estonios consuman el domingo, como los valencianos la paella, es verdad que es bastante típico en los restaurantes de la región y algo que es difícil encontrar en países de habla hispana. Se puede encontrar en diversas formas: en una sencilla sopa en III Draakon por 2.5€, estofado con cerveza en Vanaema Juures por 13.50€, braseado por 18.90€ en Rataskaevu 16, o braseado en Olde Hansa por 49.40€. Sí, 49.40€, el precio de dos braseados y medio en Rataskaevu 16, casi cuatro estofados en Vanaema Juures o 20 sopas de alce de III Draakon.

Para terminar, decir que, como otros restaurantes de la zona, no dudan en afirmar que sus platos son los que más fielmente reflejan las costumbres culinarias históricas de la región, aunque diciendo eso se pasen la realidad por el forro y dejen a los visitantes confundidos. La carne de oso, por ejemplo, nunca ha sido típica. En la época medieval carne se comía más bien poca, y era principalmente cerdo.

No sufras si no visitas Olde Hansa en tu viaje a Tallin. De hecho, quizás podrías probar dos de los mejores restaurantes de la ciudad por el precio de este. Más calidad y comida más tradicional que en este restaurante medieval. Sin duda, algo que no hacer en Tallin.

Comprar ámbar

Si me tengo que fiar del número de visitas que reciben los artículos de Vivir Europa, parece bastante claro que una de las dudas que más tiene la gente a la hora de viajar a Estonia es saber qué comprar en Tallin en forma de souvenir. Ya sea por comprar algo para uno mismo o los consabidos recuerdos para amigos y familiares.

Si te guías por la oferta de muchas tiendas en centro histórico de Tallin y las recomendaciones de alguna que otra web de alguien que pasó sin pena ni gloria por la capital Estonia, lo primero que pensarás en comprar será ámbar. Esta resina fósil es un elemento decorativo precioso y se puede encontrar en muchos negocios del casco viejo.

Si el dueño de la tienda tiene algún escrúpulo, ofrecerá ámbar “báltico”. Si es un mentiroso empedernido directamente te venderá ámbar de Estonia. Los peores ni siquiera venden auténtico ámbar, sino imitaciones de otros materiales.

El 90% del ámbar Báltico viene de Kaliningrado, esa pequeña región rusa separada del país y bordeada por Polonia y Lituania. Es más fácil encontrar ámbar en Estonia en la excavación arqueológica de los tesoros de un terrateniente que en un lugar natural. Vamos, que te estás llevando un souvenir ruso de Estonia. ¿Te llevarías una estatua de la Torre Eiffel de tu visita a Granada?

Comprar una matrioshka

Hablando de souvenires rusos. Lo del ámbar aún es perdonable porque es un objeto menos conocido y cuyo origen no es sabido por todos. A mí fue un local quien me advirtió sobre el ámbar antes de comprarlo. Pero lo de las matrioshkas no tiene nombre. Si hay algo que no hacer en Tallin bajo ningún concepto, es comprar una matrioshka.

Comprar una matrioshka en Tallin tiene el mismo sentido que comprarla en Albacete. El concepto es divertido y puede tener motivos locales. Son productos que, si se elaboran artesanalmente so bellísimos, aunque lo cierto es que las que venden aquí suelen producirse en masa en China. Pero lo que está claro es que estas muñecas tradicionales del siglo XIX son rusas, no estonias. Otra cosa más que no hacer en Tallin.

Puestos a llevarse un recuerdo de madera de la ciudad, hay montones de productos hechos con madera de enebro que son una maravilla (y huelen genial).

Parar un taxi en la calle (o pedir un taxi al hotel/hostal)

Los precios de los taxis tienen una regulación extraña en Tallin. Básicamente pueden cobrar lo que les dé la real gana, siempre y cuando estén esos precios impresos en una de las ventanillas. Esto hace que ciertas compañías se dedique a estafar a todos los turistas con unos precios que doblan fácilmente lo que un local pagaría por el mismo trayecto. No les resulta difícil hacerlo, basta con ponerse en la cola de taxis del puerto o del aeropuerto y esperar a gente con maletas y cara de no saber dónde están. Dejarse estafar es, sin duda, algo que no hacer en Tallin.

Taxis esperando en la zona de llegadas del Aeropuerto de Tallin en un día lluvioso.
Taxis esperando en la zona de llegadas del Aeropuerto de Tallin en un día lluvioso.

¿Qué hacemos los que vivimos aquí? Recurrimos exclusivamente a las muchas aplicaciones móviles de reserva de taxis y transportes privados del país. Mi favorita es Bolt. Funciona como Uber.

He llegado a conocer gente que pagó 20€ al taxista de turno por ir del aeropuerto a su hotel en el centro histórico de Tallin. Pues yo, con Bolt, jamás he pasado de los 10€.

Pagar seis euros por una cerveza en la Plaza del Ayuntamiento

Entiendo perfectamente que, para una vez en la vida que se va a estar en un lugar, merezca la pena poner algo de dinero extra y disfrutar de todo aquello que nos apetezca. Pero la realidad es que si terminas en la cuarta línea de mesas en la terraza de alguno de los bares de Raekoja Plats, la plaza del ayuntamiento de Tallin, tus vistas no serán tan fascinantes que merezca la pena pagar el doble. Y con lo bella que es esta ciudad, no tener buenas vistas es, sin duda, algo que no hacer en Tallin.

Hay lugares con terrazas o patios interiores maravillosos, con vistas aún mejores y precios más asequibles. Vaya, puestos a gastarse 6€ en una pinta de A Le Coq Premium, el Sky Lobby Bar del Radisson Blu Sky Hotel tiene vistas a todo el centro histórico de Tallin, la bahía, y el resto de la ciudad.

Asumir que todo el mundo habla ruso

Algunas personas en Estonia son muy susceptibles con el tema del idioma y ofender a los locales es, desde luego, algo que no hacer en Tallin. Es cierto que el 37% de la población de la ciudad según el censo de 2017 es de etnia rusa y los ruso parlantes en la capital posiblemente superan el 40%, pero la etnia mayoritaria en Tallin es, obviamente, la estonia, y el único idioma oficial del país es el estonio.

Aunque haya una posibilidad alta de que tu Спасибо (Spasibo, gracias en ruso) sea recibido por un nativo del ruso, lo cierto es que la respuesta positiva que obtendrás si se lo dices a quien debes, no es comparable a las malas caras que te dará alguien que sabe perfectamente que tú no eres ruso y que asumes que la persona frente a ti, estonia de nacimiento y de nacionalidad, habla el idioma del que durante siglos ha sido el invasor.

Lo mejor, si uno no sabe diferenciar a un estonio y un ruso por el acento, es optar por el inglés, o puestos a elegir, usar palabras del estonio. Al ser la lengua oficial, un ruso no se va a ofender si la usas con él o ella, y si das con un estonio, habrás ganado un trocito de su corazón (aunque no te lo va a mostrar, como comento en el punto siguiente).

Sentirse mal si la gente local es fría

Este último consejo te dará paz mental durante tu estancia en Estonia, sobretodo si no has visitado muchos países del norte de Europa. Los estonios y los rusos que viven en estonia, son personas reservadas, con una cultura muy distinta y que tratan de una forma bastante seca a los desconocidos.

No son malas personas ni tienen nada contra ti. Es una cuestión de costumbres. De igual forma que es más fácil que el vecino te salude si vives en un pueblo español que si vives en Madrid o Barcelona. Esperar respuestas cálidas y cordiales puede llevarte a quedar insatisfecho con tu visita, algo que no hacer en Tallin. Eso sí, como en todas partes, hay maleducados y antipáticos. Con ellos, ¡tolerancia cero!

Ahora ya sabes qué no hacer en Tallin

Con esto he terminado mi lista de cosas que no hacer en Tallin. Espero que, siguiendo mis consejos, consigas que tu visita a Tallin sea mucho más auténtica, que puedas disfrutar de la capital de Estonia como los locales, aunque sea sólo por unos días o incluso unas horas. Al final, es importante no quedar como el turista tonto, sino ser una persona interesada y curiosa, ¿verdad?

Y ahora que sabes lo que no debes hacer, ¿qué te parece si le pegas un vistazo a cosas que sí que tienes que hacer? Por ejemplo, alguno de los free tours en Tallin que recomiendo.

Víctor M. Martínez Valero
Estratega de contenidos y consultor SEO, llevo desde 2010 escribiendo sobre viajes en Vivir Europa, mi proyecto de vida. He vivido en Noruega, Hungría, Reino Unido, Bélgica y, desde 2015, Estonia y trato de ofrecer una visión única y detallada de la riqueza cultural europea. Si quieres saber más sobre mí, puedes leerlo en "Acerca de".

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