Una de las visitas que más me apasionó durante mis días en la antigua capital de Inglaterra de la mano de Visit Winchester fue cuando tuve la suerte de conocer el que se supone que es el colegio más antiguo de toda Inglaterra todavía en funcionamiento, Winchester College, fuente de alumnos de las universidades de Oxford y Cambridge.
El Winchester College fue fundado en 1382 por William of Wykeham, obispo de Winchester y Canciller de Inglaterra que tenía una fijación, conseguir que aquellas personas destinadas a llevar las riendas del país tuviesen la mejor educación posible para que sus actos fuesen sabios y consecuentes -bendito William-. Su idea era que sus 70 becados pasasen por el Winchester College, de allí al New College de Oxford (llamado Saint Marie College of Winchester in Oxford y fundado por el propio William), para terminar saliendo al mundo con una educación muy superior al resto de la clase gobernante de la época.
Los niños por aquel entonces dormía sobre camas de paja y sin calefacción alguna -de hecho la calefacción central en el Winchester College data solo de 1987-. El colegio tenía una única mujer, fea y peluda, para evitar malos pensamientos, que se encargaba de limpiar la ropa de los alumnos y un guardia que tenía alojamiento gratuito como único sueldo.
Hoy en día las cosas han cambiado bastante, y los niños que a los 12 años comienzan sus estudios en el Winchester College no duermen ya sobre paja, son gente de bien, hasta los becados, que han recibido educación privada antes de llegar aquí y que disfrutan de un total de 112 profesores a sus servicios, 50 de ellos de música, elemento fundamental durante los cinco años de enseñanza en el Winchester College.
Aunque el colegio tiene más de 300 estudiantes, no hay nunca clases de más de diez personas, y éstas se van dividiendo, y sus alumnos moviendo, de forma constante, en función de las aptitudes y conocimientos demostrados por éstos. Todos los días, de ocho de la mañana a nueve de la noche, sábados incluidos siguen trabajando para ser los mejores estudiantes del país. Se les puede ver corriendo de clase a clase en una visita, pero no los verás en este artículo, pues las fotos a los niños están tan prohibidas como la de los interiores del los distintos edificios del colegio.
Y hablando de edificios, la capilla del Winchester College es sin duda uno de los lugares más interesantes de la visita. En ella, dos órganos fantásticos esperan cada domingo a los niños en un servicio que es obligatorio para todos los alumnos de origen cristiano.
Éstos se sientan frente a una cristalera con una curiosa historia, y es que durante una restauración los cristales de la misma fueron cambiados, robándose los originales que se remontaban a los tiempos de apertura del colegio. ¿Cómo se descubrió? Al genio del falso restaurador se le ocurrió incluir una imagen de un mapa del mundo en uno de los cristales tintados con todos los países del Imperio Británico, incluyendo, claro está, una Australia que no había sido descubierta en el siglo XIV.
Muy cerca de la capilla se encuentra la cocina del colegio, que sigue en funcionamiento casi desde su apertura en lo que durante un tiempo fue una fábrica de cerveza. Este comedor diario tiene una gran mesa reservada al personal más relevante del colegio.
Pero mi edificio favorito fue el espectacular claustro, su amplitud y sus arcos de madera me deslumbraron, tanto como el comprobar sobre la madera de roble de Gales del siglo XVI que los alumnos del colegio en el siglo XVII también aplacaban el aburrimiento garabateando sobre el mobiliario.
Si no consigues una de las 14 becas que cada año se dan y que suponen estudios y residencia gratuitos para los afortunados estudiantes, que tus hijos estudien en el Winchester College te resultará bastante caro, 32 700£ al año exactamente, casi 200 000€ por los cinco años de estudios. Y luego tocará pagar el acceso a los colegios de Oxford o Cambridge claro.
Visitar el Winchester College es genial por lo que se aprende, especialmente gracias a Lynne Coburn, la fantástica guía que me llevó a través de salas y patios. La entrada son 5£, un precio mucho más asequible que el recibir clases en este lugar. Una fantástica visita en Winchester.