A pesar de que York siga siendo la capital de la provincia de Yorkshire y tenga unos doscientos mil habitantes, parece una ciudad medieval, una antigua ciudad que no ha cambiado con el paso de los años. Parte de la culpa de que esto suceda la tiene la Muralla de York, cinco kilómetros de muros construidos en la Edad Media y que muchos siglos después parecen casi intactas ante los ojos de locales y visitantes.
El emplazamiento de la Muralla de York se remonta a tiempos de los romanos, cuando hace más de 1900 años esta ciudad se hacía llamar Eboracum, aunque las murallas actuales son del siglo XIII, pues los vikingos que habitaron Jorvik enterraron los muros originales para construir una empalizada, mucho más de su agrado que la construcción de piedra.
Esta construcción de los normandos no siempre ha mantenido el notable estado de conservación que se puede observar hoy en día. De hecho, en 1800 se decretó derrumbar estas murallas que habían caído en desuso e impedían la expansión de la ciudad. Afortunadamente fue tan fuerte la oposición a dicho decreto que hoy en día tenemos la muralla mejor conservada del país.
Un lugar perfecto para pasear y hacer una primera aproximación a la ciudad de York, una toma de contacto que te ofrecerá fantásticas vistas a ambos lados de los muros mientras te paseas rodeado de un ambiente tranquilo e inspirador.
El elemento fundamental de las murallas son las cuatro puertas fortificadas de entrada creadas por los normandos, que les darían el nombre de bars por tener barreras –barrières– que controlaban el paso en cada una de ellas. De hecho, es curiosa la influencia de los distintos idiomas que han pasado por York en su toponimia. Se dice de York que tiene gates (puertas en inglés) en lugar de streets (calles), porque gate era calle en danés antiguo y que tiene bars (bares en inglés) en lugar de gates, por el término francés dicho más arriba. Y ya puestos, en lugar de bares tiene pubs, ¿no?
Sea como fuere, estas cuatro puertas fortificadas todavía se conservan en muy buen estado, y se pueden visitar en distintos puntos de la ciudad:
- Bootham Bar: la más cercana a York Minster, la catedral de York y también se supone que la más antigua.
- Micklegate Bar: la puerta de entrada del rey, pues conecta con la ruta a Londres, sede del Micklegate Bar Museum y sobre la cual se colgaban antaño cabezas de los traidores.
- Monk Bar: construida en el siglo XIV es la más alta de todas y sede de otro museo, el Richard III Museum.
- Walmgate Bar: la única que aún conserva su barbacana, al sureste de la ciudad.
Además de estas cuatro entradas principales la Muralla de York contaba con seis entradas secundarias y 44 torres intermedias, entre las que destaca la Torre Multiangular que puedes encontrar en los Jardines del Museo de Yorkshire, donde también están los resto de la Abadía de Santa María. Tres de las entradas secundarias, cinco torres y casi 300 metros de muralla se perdieron antes de que se comenzase a conservar y restaurar la Muralla de York, pero no podemos quejarnos.
Una atracción de lo más sana y con algunas de las mejores vistas de la ciudad, pasear por la Muralla de York es divertido, relajante, y gratuito. ¿Qué más quieres para una actividad durante un viaje a York?