Hace unos años, durante mi primera etapa de Vivir Europa en Hungría, tuve la suerte de visitar Budapest en muchas ocasiones. En todas ellas la llamada «casa del país» (Országház en húngaro) tuvo cierto protagonismo. Durante mi #VExEuropa volví a la capital húngara para, entre otras cosas, visitar el interior de este edificio emblemático.
El Parlamento de Hungría sigue funcionando como tal hoy en día, y por tanto la visita al mismo no cubre, ni mucho menos, todo el edificio, pues una de las alas está cerrada al público. No obstante la hora de paseo por sus salas es más que recomendable, pues prueba, con creces, la riqueza de este país en el momento de la construcción del edificio, a finales del siglo XIX.
La visita al Parlamento de Hungría comienza en el Centro de Visitantes del mismo, al que se accede bajando unas escaleras que se encuentran al norte del edificio. Aquí podrás comprar tus entradas si no las has reservado con antelación a través de la web del Parlamento.
Una vez con tu entrada tendrás que esperar a que la guía en el idioma que prefieras llegue a la zona de seguridad. Las visitas en inglés son a las 10, 12, 13, 14 y 15 horas, mientras que las visitas en español son a las 10:15, 13:15, 14:15 y 16 horas, y tienden a durar menos de una hora.
Al pasar el control de seguridad, y subir por un viejo ascensor al piso principal comienza la verdadera experiencia de conocer el Parlamento de Budapest por dentro. Sus pasillos y escaleras, están llenos de detalles, con el predominio de los verdes y rojos, colores de Hungría y del pan de oro, pues 40 kilos de este material cubren el interior del edificio.
Frescos, arcos con geométricas decoraciones que combinan este oro con alguno de los otros colores protagonistas, estatuas en los pasillos y una iluminación en los pasillos exteriores sorprendente.
Bajo la gran cúpula del edificio es donde esta sublime decoración se vuelve arrebatadora, con la gran escalera central dirigiéndote inevitablemente a la Santa Corona húngara y la Insignia de Coronación en centro del edificio. Las fotos no están permitidas aquí por motivos de seguridad, pero guarda bien en tu memoria la imagen de la Guardia de la Corona de las Fuerzas Armadas Húngaras, que protegen el símbolo del país.
Al reunirse aún aquí el Parlamento húngaro, uno podría pensar que ver la Sala donde se encuentran los representantes políticos del país es imposible, pero no es así, pues en la época de creación del Parlamento existía una Cámara Alta y una Baja, y el edificio es simétrico de norte a sur. Así que la Cámara Alta que visitarás es exactamente igual a la que hoy en día se usa.
Tras terminar el recorrido la guía te deja en el Museo del Parlamento. En él lo más interesante es una detallada maqueta del edificio y su interior, para recorrer con la mirada aquello que has visto en persona. Si quieres algún recuerdo no te preocupes, pues tendrás que pasar a la fuerza por la tienda del Parlamento.
La visita al Parlamento se puede hacer de 8 a 18 horas entre abril y octubre y de 8 a 16 horas entre noviembre y marzo y cuesta 2000 HUF (6.50€ aproximadamente) para ciudadanos de la Unión Europea y 5200 HUF (17€) para el resto de adultos, con un cargo extra de 200 HUF (0.70€) si haces la reserva online.
Un icono del pueblo húngaro y una muestra impecable de arquitectura, el Parlamento de Budapest es un edificio que merece ser visitado independientemente de la duración de tu viaje a Budapest. Así que ya sabes, no hagas otros planes durante un par de horas.