Venecia nunca fue uno de mis destinos soñados. No tenía claro que un lugar tan popular me fuese a impactar, pensaba que un lugar tan turístico no ofrecería nada a un vividor de viajes. Afortunadamente mi viaje a través de Europa por tierra en 2015 me llevó a Venecia y me mostró lo equivocado que estaba. Venecia es, verdaderamente, una ciudad única, quizás la ciudad más especial, más diferente, que he conocido jamás.
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Un lugar idealizado por muchos, con canales surcados por góndolas que son expresión atemporal del romanticismo aún en un tiempo donde las lunas de miel llevan a las playas del Caribe, las Maldivas o Bali en lugar de al noreste de Italia. Demos las gracias a las tribus nórdicas que, con sus invasiones, forzaron a los habitantes de la región a mudarse a las islas de la laguna de Venecia. Sin ellos, la Serenissima no existiría.
Tras haber viajado a Venecia siento, como decía antes, que es el lugar más único que he conocido. Y todo empieza en la Estación de Santa Lucía y el Piazzale Roma. En esos puntos las últimas señas de transporte motorizado se eliminan de las calles. Ni trenes, ni autobuses, y por supuesto ningún coche puede circular por las angostas calles de Venecia, para bien de todos sus visitantes y de los pocos locales que quedan. Si alguna vez has disfrutado del centro de una ciudad sin tráfico, imagina que esto se expandiese a toda la ciudad. Es inevitable que esto diferencia a Venecia del resto.
Añádele canales de todos los tamaños que separan las 118 islas que forman Venecia, unidas sólo por centenares de puentes, y una arquitectura poco cambiante que conserva lo mejor de esta ciudad en su momento de esplendor en el siglo XV y tienes la fórmula que hace que pasear por Venecia sea como pasear por ningún otro lugar. Da igual que Brujas, Ámsterdam o San Petersburgo, ciudades de gran belleza todas ellas, sean comparadas, básicamente por tener canales, con Venecia. Venecia no es lo que es sólo por sus canales, y por tanto cualquier comparativa es absolutamente despreciable.
Cuando los límites de una ciudad están marcados por la propia naturaleza y la expansión se convierten en algo imposible, hay pocos factores que puedan arruinar el espíritu de un lugar. ¿Imaginas lo distinta que sería una Londres que se hubiese quedado siempre en la City? Desafortunadamente uno de estos pocos factores me hace temer por Venecia.
Su fama y su pequeño tamaño se han combinado para convertir Venecia en algo que cada día da un paso más desde la denominación de ciudad hacia la de parque de atracciones. Los locales se dividen en dos, los que se aprovechan de ello, especialmente aquellos que tienen edificios en propiedad, y los que se marchan. La población de la ciudad se ha reducido a un 30% en los últimos sesenta años.
Y es una pena, pues Venecia es una ciudad que necesita ser visitada, y que invita, o casi obliga a perderse por ella. Yo, que paso la vida orientándome por ciudades nuevas, me perdí como nunca en la ciudad, y acabé viendo una Venecia durante horas sin sus grandes atracciones y por tanto sin sus ríos de turistas.
Pero, por supuesto, el Puente de Rialto, construido en 1591 y desde el que el Gran Canal de Venecia ofrece atardeceres irrepetibles y la Plaza de San Marcos con su Basílica y su Campanile no pueden no ser visitados en esta ciudad. Aprovecha para hacerlo ahora que Venecia es aún Venecia, por si esto no dura para siempre.
Y también, aunque te cueste los ahorros de varios meses (o años) quizás, ya que estás, viaja a Venecia en Carnaval. Un Carnaval histórico y popular, en el que máscaras y vestidos de época se imponen a superhéroes y Bob Esponjas.
Viajar a Venecia debe ser un compromiso, ojalá que para ti también, entre disfrutar de un lugar inigualable y ser lo suficientemente responsable como para no caer en los tópicos del visitante desalmado y regocijarse haciendo lo que realmente es viajar: conocer nuevas culturas y lugares, asombrarte y enamorarte con nuevas muestras de arquitectura y naturaleza y deleitarte con la gastronomía y las tradiciones autóctonas.
Si durante tu viaje a Venecia quieres visitar algunas de las islas con los famosos vaporetti te recomiendo hacerte con una tarjeta de transporte por 21.00€ a través de éste enlace.