La Place de la Comédie de Montpellier es el punto más importante de la ciudad a todos los efectos. Una visita a Montpellier no puede obviarla y una estancia más larga asegura muchos momentos transitándola. Aunque sea un término desgastado de tanto uso, si Montpellier tiene un corazón, es esta plaza pública de sorprendente amplitud en el extremo sureste del Ecusson, el centro de Montpellier.
Justo al salir de ese centro con forma de escudo que es el Montpellier más antiguo se encuentra esta plaza llamada en su día el huevo (L’Ouef) por tener forma ovalada y que lleva 30 años completamente peatonalizada -con la excepción del tranvía que la atraviesa. La Place de la Comédie conecta así la Gare de Montpellier-Saint-Roch, estación de tren central de la ciudad, con el centro y también con la contigua Esplanade Charles de Gaulle, una alameda que termina en Le Corum.
Estamos en un lugar ideal para aquellos que disfrutan de observar el ir y venir de las gentes de un lugar. Un punto de encuentro para muchos, pero también testigo casi perpetuo de las desventuras de jóvenes adolescentes y algún que otro borracho. Artistas callejeros tratan de ganar suficiente para comer mientras otros, con artes menos nobles, tratan de convencer a turistas al más puro estilo de los timadores de París.
Sus cafeterías invitan a sentarse y disfrutar de algo fresco en verano o de una taza de café bien caliente en invierno. Pero la invitación termina en el momento que tu trasero se aposenta. No esperes salir de La Place de la Comédie igual de pobre que llegaste: los restaurantes y cafeterías de esta plaza son caros, con excepción del omnipresente McDonalds, cuyos precios son más populares.
La Place de la Comédie recibe su nombre de la Opéra Comédie, el edificio más imponente de toda la plaza. Una ópera de finales del siglo XIX en estilo italiano con un auditorio principal con espacio para 1200 personas y una sala de conciertos para otras 350 obra del arquitecto Joseph-Marie Cassien-Bernard.
Frente a la ópera, y compartiendo el protagonismo con la misma en muchas fotos de la Place de la Comédie, se encuentra la Fuente de las Tres Gracias de finales del siglo XVIII. Esta fuente fue realizada por Étienne d’Antoine y representa a las tres gracias de la mitología griega, aquellas que también pintó Rubens en una obra expuesta en el Museo del Prado de Madrid.
Aglaya, la gracia de la belleza, Eufrósine, gracia del júbilo y Talía, gracia de la abundancia nos recuerdan en cierta manera esa postura hedonista que uno siente vivir en mayor o menor medida en un lugar como la Place de la Comédie.
Un lugar que te muestra la cara más burguesa de un Montpellier que también es mediterráneo y estudiantil; la Place de la Comédie te recordará sin lugar a duda muchos y muy buenos momentos pasados en esta ciudad del sur de Francia. ¡Ah! Y si el cine es lo tuyo y tu francés es correcto, no olvides pasarte por el Gaumont Comédie para ver los últimos estrenos.