Este artículo pertenece a la guía de Gante de Vivir Europa.
La cerveza es poco menos que una religión en Bélgica. De hecho, estoy convencido que tiene más adeptos que ningún culto en el país y es loada por jóvenes y ancianos por igual. En Gante, una pequeña cervecería local se ha dedicado a rescatar una forma de hacer cerveza ya olvidada y la ha convertido en una moderna marca. Hoy visitamos la Gruut Gentse Stadsbrouwerij, la fábrica de cerveza de Gante.
Aunque la cervecería Gruut no tiene demasiados años, la historia de su cerveza data de la edad media y para entenderla hay que pensar en las dos formas distintas de hacer cerveza que históricamente han tenido alemanes y franceses. Por un lado están los alemanes, que siguen estrictamente las normas de producción de la cerveza basadas única y exclusivamente en sus cuatro ingredientes esenciales: agua, malta, levadura y lúpulos.
Por otro lado los franceses, que siempre han innovado tratando de crear cervezas añadiendo o suprimiendo algunos de estos ingredientes. Bajo control francés precisamente, la orilla oeste del río Lys a su paso por Gante realizaba durante la Edad Media la cerveza mediante la combinación de hierbas en lugar de usando lúpulos.
Esta mezcla de hierbas recibía el nombre de gruut y era proporcionada por el propio señor de las tierras que además cobraba un impuesto que dependía de la cantidad de gruut que tuviese la cerveza. Con el paso de los años esta forma de realizar la cerveza cayó en desuso.
Al menos hasta que en 2009 Annick De Splenter recuperó de los archivos de la ciudad una vieja receta de cerveza en la que una combinación de hierbas sustituía a los omnipresentes lúpulos. La Gruut Gentse Stadsbrouwerij había nacido.
Gruut se encuentra en el número 10 de Grote Huidevettershoek, a menos de diez minutos andado desde el centro neurálgico de Gante, donde se encuentran sus Tres Torres. Se trata de un pequeño paseo ideal para hacer boca de cara a la cata de cerveza belga que nos espera y de los aperitivos con los que podemos acompañar dicha cata.
El edificio en sí, aunque completamente reformado, no está ausente de historia, pues durante tres siglos, entre 1383 y 1673 fue otra fábrica de cerveza, la Lely. Además, antes de abrir la fábrica de cerveza éste lugar era un restaurante, con lo que la gastronomía siempre le ha andado cercana.
Nada más entrar en la Gruut Stadsbrouwerij te encuentras con un amplio y diáfano espacio en el que toda la atención gira en torno a los modernos contenedores en los que la cerveza fermenta, a la vista de todos los visitantes. Frente a ellos un gran mural que representa una estampa de principios del siglo pasado en el que la gente disfruta de esta cerveza que, obviamente, aún no existía.
Son cinco las cervezas fabricadas por Gruut en estos momentos: tienes la Gruut Amber (6.6%), la Gruut Blond (5.5%), la Gruut Bruin (8%), la Gruut Wit (5%) y la Gruut Inferno (9%). De entre ellas, en mi visita a la Gruut Stadsbrouwerij probé la Gruut Bruin y me encantó el sabor de esta cuvée.
Si estás interesado en el proceso de fabricación de las cervezas de Gruut, las visitas guiadas que se realizan desde los 9€ (con cata de tres de sus cervezas incluídas) son un valor añadido tremendo a tu paso por Gante.
A pesar de ser comercializada en España como Gruit, lo cierto es que hasta la fecha yo nunca he visto una cerveza Gruut fuera de Gante, motivo más que de sobra para que no pierdas la ocasión de visitar esta fábrica durante tu viaje a la capital de Flandes.
Dicen que el uso de hierbas en lugar de lúpulos en la fabricación de la cerveza no solo es mucho más sano, sino que también afrodisiaco. Así que ve con cuidado cuando te tomes tus cervezas en la cervecería Gruut de Gante, que el anochecer en la ciudad te puede confundir.