Las sorpresas nos gustan porque acaban con la rutina, acaban con los planes. De repente tenemos un futuro incierto, por pequeña que sea la sorpresa, pues no habíamos planeado ésta situación. Nuestro día se pinta en un nuevo lienzo, o quizás nuestro viaje, pues pocas sorpresas son mejores que las que te acontecen durante un viaje. Hoy te hablo de una sorpresa que me llevé muy cerquita de mi Valencia natal, Vinaroz, última ciudad de la Comunidad Valenciana antes de Cataluña.
Al terminar mi visita a Marina d’Or el plan era recorrer la costa de la Comunidad Valenciana sin destinos fijos, sin reservas ni ataduras. Comenzando por el más septentrional de los municipios costeros de la comunidad, conduciría en dirección sur por los próximos seis días y dejaría que la belleza de los lugares fuese quien determinase mis etapas.
Gracias a lo atrevido de mi ignorancia estaba convencido de que pronto cruzaría la comunidad y llegaría a la zona que más me gusta de la región, aquella que va desde Denia hasta Benidorm. Qué ingenuo de mí, mi primer destino del día me atraparía ya hasta la mañana siguiente, Vinaroz me había sorprendido.
Y no tardó nada en hacerlo, pues a los pocos minutos de aparcar junto a su paseo marítimo, sin apenas haber deambulado por éste, ya estaba reservando una habitación en el Nou Casablanca, un pequeño hotel familiar con un trato excelente, una gran simpatía y cuidado por la comodidad de sus clientes pese a su modesto precio. Un hotel que recomiendo, sin duda.
El motivo de mi rápida decisión fue seguramente la belleza de las playas de la propia ciudad, y lo cuidado que estaba el paseo marítimo. No me extraña que la Playa del Fortín tenga una bandera azul, pues fue sin duda mi baño favorito en el Mediterráneo de todo el año.
Además, quizás por estar ya fuera de temporada a finales de septiembre -a pesar de una temperatura excelente- o por la cercanía de la mucho más turística Peñíscola, apenas había gente bañándose o tomando los últimos rayos de sol de la temporada en su límpida arena. Y eso que se supone que para buscar calma en tu baño debes ir a alguna de las calas a ambos extremos de la ciudad.
Tras mi visita a la playa llegó el centro con sus amplias plazas en las que tomar una horchata con la brisa marina colándose entre las esquinas, y la variedad arquitectónica de una ciudad que ya era un puerto importante en el siglo XIII.
Una mención especial al mercado central de la ciudad, de preciosa fachada, y moderno interior en el que tuve una fantástica charla con un trotamundos francés, pescador de profesión, y casado con una polaca. Un hombre que decidió colgar la caña para dedicarse a la venta de productos de importación.
Me quedé con ganas de ver la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, situada frente al Ayuntamiento -que es un edificio del siglo XVII- y que estaba en obras durante nuestra visita. Pero no obstante me quedó claro que la próxima vez que busque un lugar tranquilo en el que disfrutar de la playa y de paseos por una pequeña ciudad, Vinaroz estará en mi lista.
Tu viaje comienza en Vivir Europa
Busca ofertas de vuelos a Europa
Si quieres volar de forma directa a Europa, tus mejores opciones son las siguientes:
- Buenos Aires – Londres desde 668€
- Cali – Madrid desde 446€
- Cancún – Mánchester desde 326€
- Santiago de Chile – Madrid desde 643€
Compra libros y guías de viaje sobre Europa
Reserva una habitación de hotel en Europa
Reserva un apartamento en Europa
Si prefieres alojarte en un apartamento de alquiler vacacional para tener mayor independencia puedes buscar las mejores ofertas del momento en Airbnb, donde además tendrás 25€ de descuento si reservas a través del siguiente enlace:
Busca ofertas de alojamiento en Airbnb
Reserva una cama de hostal en Europa
Reserva actividades y visitas guiadas en Europa
Además de viajar, dormir y leer, puedes hacer un montón de cosas en Europa. Estas son mis actividades recomendadas en el continente:
Busca otras actividades en Europa
Para cualquier duda o para preparar tu viaje a Europa, comenta el artículo o escríbeme en el formulario de contacto.