¿Quieres combinar un día en la naturaleza con tu visita a Tallin? ¿Has oído hablar del primer parque nacional de Estonia -y en su día el primero de la Unión Soviética- y te gustaría ver si es tan especial como parece? ¡Déjame que te cuente qué hacer en el Parque Nacional de Lahemaa en Estonia!
Si leiste mi introducción ya sabes qué es el Parque Nacional de Lahemaa en Estonia y dónde está. Con un poco de suerte tendrás curiosidad por saber qué tal es este lugar tan importante para los locales, donde la vida al aire libre de una gran mayoría de los estonios toma forma. Pero ahora, enfrentado a una superficie de 725 kilómetros cuadrados te asalta una duda. ¿Qué hacer y qué ver en el Parque Nacional de Lahemaa?
Tanto si vas a viajar por tu cuenta alquilando un coche, como si te decides por una de las visitas guiadas, incluida la que yo mismo organizo, es importante saber qué es lo que no puedes perderte durante tu visita, así que déjame que te hable de los diez lugares que trato de visitar siempre que viajo a Lahemaa y que necesitas conocer.
Visitar Käsmu, el pueblo de capitanes
Cuando una escuela marítima abrió en Käsmu, este pequeño pueblo en una de las penínsulas de Lahemaa ya era un lugar bastante pudiente gracias, principalmente, al contrabando marítimo de bienes. El sobrenombre de pueblo de capitanes le vino como anillo al dedo.
Ahora Käsmu es un lugar en el que pasan su verano muchas familias de Tallin y que disfruta de una de las costas más bellas de la región. Sus aguas, ocupadas por centenares de rocas de todos los tamaños provenientes del deshielo glaciar son un lugar perfecto para contemplar la casi inapreciable línea del horizonte. Su Museo Marítimo ofrece una buena colección de utensilios para los interesados en la vida marítima.
Caminar por la turbera de Viru
El Parque Nacional de Lahemaa ofrece una gran variedad de rutas a pie en las que llenar los pulmones de aire fresco mientras se estiran las piernas acostumbradas a la vida en ciudad. Las hay de longitudes muy variadas: desde un kilómetro hasta más de 40 kilómetros en una ruta de un par de días que forma parte de un camino que cruza Estonia.
Pero no hay ninguna ruta a pie tan característica de la naturaleza del Parque Nacional de Lahemaa como el paseo de 3.5 kilómetros a lo largo de la Turbera de Viru –Viru Raba en estonio-. Su camino de madera, su torre de vigilancia, y sus charcas son de las imágenes más populares del lugar.
Dormir en la casa solariega de Vihula
Las casas solariegas son parte esencial de la historia del país de Estonia. Pertenecientes a los alemanes bálticos que compraron esta región a los daneses hace siglos, algunas de ellas se han restaurado y reconvertido en bellos hoteles, restaurantes o museos.
La casa solariega de Vihula es la sede del Vihula Manor Country Club & Spa, un establecimiento de cuatro estrellas en el que darse todos los mimos que uno se merece durante las vacaciones sin dejar el contacto con la naturaleza. Justo en la entrada del recinto se encuentra además el molino de viento mejor conservado del Parque Nacional de Lahemaa.
Ver el sol ponerse en la playa de Pärispea
Una consecuencia directa de que el Parque Nacional de Lahemaa sea la tierra de las bahías es que también tiene muchas penínsulas. Desde todas ellas amaneceres y atardeceres tienen un valor especial, pero ningún lugar en Lahemaa es comparable, en mi opinión, a Pärispea a la hora de ver atardecer.
El único problema con el atardecer es que hay que tener mucha suerte con la época del año elegida o mucha paciencia, pues en julio, por ejemplo, el sol se pone entre las 22:00 y las 22:40 dependiendo del día. Dicho esto, es espectáculo merece la pena. Palabra.
Visitar las casitas de madera de Altja
El pueblo de pescadores de Altja es una de las localidades más visitadas en el Parque Nacional de Lahemaa. ¿El motivo? Sus casa de madera junto a la costa sencillamente invitan a alejarse del mundanal ruido y volver a lo básico, disfrutando de una vida más rural.
Altja tiene más de 500 años de historia, y la pesca con red se ha practicado durante siglos. Hoy en día su taberna es una popular pausa durante un viaje a Lahemaa.
Refrescarse en la catarata de Jägala
Estonia es uno de los países más llanos que conozco, pero eso no le impide tener varias cataratas. Por supuesto, no esperes nada parecido a Iguazú o Niagara, pero una caída de agua siempre es un espectáculo gratificante, especialmente si te encuentras junto a la base y las gotas de agua salpican en tu cara en un cálido día de verano.
La catarata de Jägala es la más alta de las cataratas naturales de Estonia a pesar de sus sólo ocho metros de altura y una de las más anchas llegando a 50 metros cuando el caudal lo permite. En invierno, la catarata se congela completamente, así que no pases de visitarla por el frío
Pasear por los dominios de la casa solariega de Palmse
Otra casa solariega de mucha importancia, quizás la más importante de Estonia, es Palmse Mõis. Su edificio principal está habilitado como museo, pero no es sólo esto lo que invita a una visita a Palmse.
Su recinto es uno de los mayores y está completamente restaurado, haciendo un paseo por este lugar una experiencia en la que descubrir casas de huéspedes, una taberna, un hotel, un pozo, un pabellón, un campo de manzanas, columpios, y un sin fin de otras interesantes experiencias. La visita al recinto es gratuita, así que no tienes ni que pagar entrada para ver este lugar.
Adentrarse en la Torre de Kiiu
Cuando alrededor del año 1520 el dueno de la casa solariega de Kiiu, Fabian von Tiesenhausen construyó la que hoy en día se conoce como la fortaleza más pequeña de Estonia seguro que no tenía ni idea de que en el siglo XXI sería un coqueto café museo.
Si este lugar no fuese espectacular, no estuviese perfectamente renovado, y no tuviese el atractivo que tiene; aún merecería la pena visitarlo para conocer a la anciana que lleva toda su vida sirviendo cafés y el licor oficial de la Torre Kiiu a todo visitante que se acerque.
Comer en la taberna de Viitna
El pueblo de Viitna existe desde la edad media y su taberna funcionaba ya en el siglo XIX. Hoy en día, restaurada en 1993 y separada en un restaurante y una cantina más informal, Viitna Kõrts es uno de los mejores lugares para comer en el Parque Nacional de Lahemaa. Especialmente si quieres probar lo que es la verdadera comida tradicional de Estonia: sobredosis de carne, patatas y verduras encurtidas.
Tanto si optas por el restaurante, con platos principales entre los 10€ y los 12€, como si prefieres pagar unos 5€ por un plato en la cantina, saldrás satisfecho y lleno. Te lo aseguro.
Asombrarse con el puerto de submarinos de Hara
Una de las actividades más sorprendentes de una visita al Parque Nacional de Lahemaa es la visita al antiguo puerto de submarinos soviéticos de Hara. Hoy en día, completamente abandonado y en ruinas el acceso al público está prohibido, pero si decides saltarte, bajo tu propia responsabilidad, las reglas, te encontrarás con un lugar como ningún otro.
Inicialmente construido entre 1956 y 1957, su estado nos hace pensar que alguien realmente se preocupó por su destrucción o que los materiales usados no fueron de mucha calidad. Sea como fuere, si buscas sensaciones e imágenes apocalípticas, éste es tu lugar.
Como ves, el Parque Nacional de Lahemaa en Estonia ofrecen unos decorados y actividades muy diversas. Da igual cuáles sean tus intereses, tu edad o tu condición física. Hay siempre posibilidades en este parque a unos 50 kilómetros del centro de Tallin. Sólo tienes que decidirte a salir a explorar. ¡Yo te animo a que lo hagas!
precioso da paz yes tan beñño
Sí que lo es. ¡Muchas gracias por comentar!