La tercera ciudad más poblada de Francia. Un lugar que, quizás por estar en el extremo este del país vecino, es bastante desconocido para viajeros de España, aunque tampoco es que reciba muchos turistas de otros lugares. Lyon lleva dos milenios destacando, quizás de forma moderada. Descubrir su magnitud, en cambio, fue sólo una cuestión de perspectiva, la que me dio el primer vistazo a una de sus colinas.
En este artículo
Caída ya la noche en el primer día del año 2015 llegué a la ciudad de Lyon en un tren proveniente de Toulouse. Estaba recorriendo Europa por tierra en dirección a Tallin desde mi natal Valencia. Parecía mentira que en sólo un par de días me hubiese cruzado Francia. Cansado, pues la Nochevieja y la salida de mi hotel en Toulouse habían sofocado por ambos extremos mis horas de sueño, apenas me dieron las primeras horas en Lyon para caminar hacia el hostal en el que pasé mis dos primeras noches.
En la mañana del segundo día, tanto en Lyon como en el 2015, con las pilas cargadas de nuevo, tocaba explorar la ciudad. El día era frío, pero al menos despejado -por poco tiempo-, y caminando por el barrio de La Guillotière cámara alrededor del cuello, fui a parar, más por azar que por voluntad, a la Cours Gambetta, una gran avenida de la ciudad. Allí fue cuando tuve esta visión de la colina de Fourvière que ves en la foto inicial del artículo, con su basílica como elemento más característico. Ahí fue cuando el explorador en mi cabeza se despertó y decidió que había que conocer más a fondo la ciudad de Lyon.
Historia de Lyon
Quizás mis pensamientos fueron similares a los de los romanos que llegaron aquí en el primer siglo después de Cristo para fundar la ciudad de Lugdunum, aunque ninguno de los edificios que veía en el horizonte existieran entonces. Puede que Fourvière tenga algo de magia, siempre la haya tenido. Y tener la confluencia de los ríos Ródano y Saona en su base ayuda a esto.
De Lugdunum quedan vestigios en la colina de Fourvière, y en su base, a la orilla del Saona se encuentra otro lugar especial. La Vieux Lyon (vieja Lyon) tiene algo de medieval y bastante más de renacentista. Sus calles adoquinadas no fueron pensadas para vehículos, y yo me alegro, y me río de los tontos que hacen mil maniobras por haberse osado a invadir este lugar, que es Patrimonio Mundial de la Humanidad desde hace ya veinte años.
Recuerda dos palabras para cuando camines por la Vieja Lyon: una es traboule. Se trata de pasajes que atraviesan patios interiores conectando, parece que de casualidad, unas calles con otras. Un laberinto irresoluble para los novicios pero un sencillo atajo para el autóctono. La segunda palabra es bouchon, y de esta te hablaré más adelante.
Qué ver en Lyon
La Croix-Rousse
Si dos son los ríos que fluyen por Lyon, no iban a ser menos sus colinas, por la cantidad, no por el fluir. La hermana de Fourvière es Croix Rousse. Yo, que tengo un francés más bien regular, entiendo que es algo así como la cruz rojiza, pero si me quieres corregir, por favor hazlo. En esta colina es donde Lyon se hizo rica, pues aquí vivía y trabajaban los productores de telas de seda responsables de la prosperidad de la ciudad desde el medievo.
La Presqu’île
Al pie de la Croix Rousse una curva del Saona acerca este río al Ródano de forma casi temerosa, aunque aún no definitiva. El resultado es la Presqu’île, que Google me sopla que significa península en francés. Sólo la parte norte de la península se conoce como península, o Presqu’île, vaya lío. Allí es donde nació Antoine de Saint-Exupéry. Si andas despistado y no sabes quién es, Saint-Exupéry fue un piloto francés al que le dio por escribir un cuento para niños. Quizás el libro más vendido de la historia, vaya. El Principito. El de la boa y el elefante. Sí, ése.
La Confluence
La zona sur de la península es la más moderna de Lyon, el barrio de la Confluence, de confluencia, pues en el extremo sur de este barrio el Saona deja de ser Saona para unirse al Ródano en su trayecto al Mediterráneo. Este barrio sigue evolucionando entre edificios modernos, centros comerciales gigantescos y el Museo de las Confluencias, el más popular de la ciudad.
Qué hacer en Lyon
Saint-Exupéry no es la única celebridad asociada a Lyon. Allí también crecieron y vivieron Auguste Marie Louis Nicolas y Louis Jean Lumière, más conocidos como los hermanos Lumière, porque aprenderse los seis nombres de los dos hermanos sería mucho esfuerzo. Estos dos hermanos inventaron el cinematógrafo y por consiguiente el cine. De hecho, la primera película comercial de la historia se grabó en Lyon, y no me digas que gente saliendo de una fábrica no es una película, porque seguro que te has tragado cosas peores.
Fiesta de las Luces
Lumière, por cierto, significa luz (si no estás aprendiendo francés con este artículo es porque no quieres). Y la luz va de la mano de Lyon, por mucho que París, quizás por ser más grande, se lleve el sobrenombre de ciudad de la luz. Durante cuatro días, alrededor del 8 de diciembre -que es el día de las iluminaciones- Lyon celebra la Fiesta de las Luces (Fête des Lumières). En ella, los edificios más importantes de la ciudad se convierten en lienzos sobre los que los artistas visuales “pintan» motivos gracias al video mapping, o sea, proyectando vídeos sobre los edificios. La iluminación no se acaba en Lyon con el fin de sus fiestas, y cualquier paseo nocturno merece la pena gracias a los esfuerzos del Plan Lumière de la ciudad.
Así es Lyon, una histórica ciudad en la que puedes pasar varios días explorando distintos rincones que, si bien no parecen mantener relación, terminan formando un conjunto muy atractivo. Ah, casi me olvido, los bouchons son restaurantes lioneses que tienen su propia denominación de origen y que ofrecen deliciosos productos locales. Hazte un favor, visita Lyon.
Complementa este artículo inicial sobre Lyon con mi artículo sobre el transporte en Lyon, que te ayudará a orientarte y desplazarte por la ciudad.