Este artículo pertenece a la guía para vivir en el Reino Unido de Vivir Europa.
Al salir de cualquiera de las dos estaciones de tren que tiene Windsor uno podría pensar que se encuentra en uno más de las decenas de pueblos dormitorio de los alrededores de Londres. Esa sensación en realidad dura más bien poco, el tiempo que te puede costar situarte en un lugar en que los edificios no te tapen la vista. Entonces se aparece ante ti el Castillo de Windsor, y no dejas de sentirte un rey hasta que vuelves a la estación tras una jornada fantástica.
Tan cerca de la capital de Inglaterra que ni sientes haberla dejado, Windsor es, como Londres, regada por las aguas del río Támesis, motivo por el cual seguramente Guillermo I el Conquistador, primer rey de la dinastía normanda, decidió construir aquí un enorme castillo tras hacerse con el control de Inglaterra en 1066. Parecía un punto estratégico esencial y tenía claro que su victoria no era definitiva.
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El castillo es la atracción principal de este pequeño pueblo gracias a ser residencia real y lugar de reposo habitual de la Reina de Inglaterra los fines de semana -aunque yo no la vi por ningún lado un domingo-. De hecho es el castillo más antiguo que ha permanecido ocupado de forma continua en todo el mundo.
Da la sensación de ser bastante más grande que el propio Windsor y realizar una visita a fondo a los 50 mil metros cuadrados que ocupa el recinto te llevará fácilmente todo el día. Elige pues qué prefieres hacer antes de llegar a Windsor si solo tienes un día, visitar el pueblo o el castillo. Lo segundo te costará 17 libras, por cierto, y podrás ver habitaciones decoradas con tesoros de la colección real, entre los cuales se encuentra la famosa casa de muñecas de la Reina María; la Galería de Dibujos y la Capilla de San Jorge, que en mi opinión merece ya de por sí la visita.
Si eliges no visitar el castillo o pasar un día más te quedan muchísimas opciones en Windsor. Estamos hablando de uno de los lugares más exclusivos de Inglaterra, y como tal podrás durante el verano ver partidos de polo en su gran parque. Si te van los juguetes tienes además uno de los cinco Legoland del mundo, el segundo en crearse tras el original en Billund, Dinamarca.
Nota: las fotografías de este artículo han sido realizadas por Karen Roe y usadas en Vivir Europa mediante la licencia Creative Commons.