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Viajar a Narva, la Estonia más rusa

diciembre 16, 2016 5632 views

Una ciudad que da sensación de inaccesible, de la que los propios estonios hablan con cierto recelo, pero que una vez visitada muestra una cara mucho menos fría y áspera de lo que uno esperaba. Así es Narva, la capital del este de Estonia, la ciudad más rusa del país.

Narva en Estonia

Sus 58 000 habitantes convierten a Narva en la tercera ciudad más poblada de Estonia, pero al contrario que sucede en Tallin y Tartu, la etnia mayoritaria en Narva no es estonia. De hecho, sólo un 4% de la población oficial de Narva es de etnia estonia, siendo el 88% de etnia rusa. Por eso cualquier persona estonia ve a Narva como un pedazo de Rusia que ha quedado dentro de su país, y se siente más en el extranjero que si viaja a Finlandia, por ejemplo.

Narva en Estonia

Narva está pegada a la frontera con Rusia, y sólo el río homónimo la separada de Ivangorod. Tallin se encuentra a 200 kilómetros y San Petersburgo a sólo 150. Así, los autobuses que conectan Tallin y San Petersburgo pasan todos por aquí.

La conexión entre Narva y Rusia no ha sido continua, pero sí muy duradera, pues ya en el siglo XVI esta ciudad fue brevemente parte del Imperio Ruso. En 1571 los suecos, bajo el mando del general de origen francés Pontus de la Gardie tomarían el control de Narva, pero de nuevo los rusos la recuperarían en 1704 gracias a Pedro I.

Narva en Estonia

Llegado el siglo XX, Narva tenía básicamente igual número de estonios y rusos en su población. Así, cuando en 1917 se hizo un referendum en la ciudad para decidir se querían formar parte de la que pronto sería independiente Estonia, el sí salió vencedor.

Igual que el centro histórico de Tallin consiguió permanecer prácticamente intacto durante la Segunda Guerra Mundial, no pasó lo mismo con la bella ciudad barroca de Narva, que entre la avanzada soviética y la huída nazi en 1944 quedó completamente destruída, salvándose sólo tres edificios, uno de ellos el ayuntamiento.

Fueron duros tiempos para Narva, su reconstrucción cambió los edificios barrocos por apartamentos en estilo soviético, y su población, que había desparecido entre muertes y evacuaciones, fue restituida por rusos, de aquí la situación étnica actual.

Narva en Estonia

Cuando visité Narva por primera vez en uno de los tres trenes diarios que conectan esta ciudad con Tallin, y que siguen la que fue primera ruta ferroviaria de Estonia conectando la capital del país con San Petersburgo, sentí que Narva no se recuperó aún, que no es, o al menos no parece ser, una ciudad con vida.

Narva en Estonia

Quizás el motivo detrás de esto es la falta de gente joven en sus calles, todo desde mi percepción claro está. Parece que cuando tienes veintipocos años en Estonia estás en Tartu para estudiar o en Tallin para trabajar, desde luego no en Narva.

Narva en Estonia

El gran atractivo turístico de Narva es su fortaleza que data de la segunda mitad del siglo XIII. El Castillo de Hermann, o Hermanni linnus en estonio, domina la parte más alta de la ciudad y se enfrenta a la fortaleza de Ivangorod al otro lado del río. La blanca torre principal del castillo, conocida como Pikk Hermann, es la imagen más famosa de Narva.

Narva en Estonia

Una visita a Narva puede resultar algo complicado de apreciar dada su escasa oferta para el visitante -cuatro hoteles contados y ninguno de una calidad desbordante- y poco más atractivo que el castillo. Pero sólo el ver esta ciudad que quizás ahora está en el lado erróneo de la frontera, comparar su vida con la de otras ciudades de Estonia, y estar lo más cerca físicamente de Rusia que uno puede sin visado ruso, son motivos más que de sobra para viajar al lejano este de Estonia.

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