La ciudad de Palma de Mallorca, capital de las Islas Baleares, y una de las ciudades más grandes de España, aúna a la perfección esta dicotomía tan propia de nuestras zonas costeras entre la ajetreada vida de una gran urbe y la sosegada búsqueda del ocio de un lugar vacacional. Y lo hace fantásticamente convirtiendo un viaje a Palma en una de las mejores opciones para aquellos que buscan volar a Mallorca para escapar de su día a día.
La capital de Mallorca
Asentada en su gran bahía, al sur de la isla de Mallorca, y resguardada de los peligros del mar abierto, Palma fue objetivo a conquistar por todo aquel pueblo que quisiese controlar el Mediterráneo. Así, no es de extrañar que en Palma se note la influencia de varias civilizaciones que pasaron, algunas con más pena que gloria, por la isla, dejando en todo caso alguna que otra pincelada en la arquitectura y cultura de la ciudad.
Esto se nota particularmente en el centro de Palma, en el que coexisten historia y vida social. Dentro de las antiguas murallas de la ciudad la vida es tranquila y calmada durante el día, flotando casi en un espejismo que baila al son de las palmeras, pero de noche, el ambiente se vuelve excelente, y las risas y cantos recorren las calles hasta altas horas de la mañana.
Además Palma tiene una buena, y merecida, reputación dentro de sus cocinas, donde los productos locales se han sabido utilizar perfectamente mientras se llevaba a cabo una evolución de la cocina tradicional.
Si hay un punto en el que el día a día de Palma es apreciable, donde se puede disfrutar de un deporte del que disfruto muchísimo, el observar a la gente, éste es el Passeig des Born, una de las grandes atracciones de la ciudad.
Qué ver en Palma de Mallorca
Palma no es excesivamente grande, y por tanto todos sus puntos más conocidos, con la excepción del Castillo de Bellver que está a unos kilómetros del centro, se encuentran muy cerca unos de otros, animando así a visitarlos a pie.
Sa Seu, la catedral de la ciudad, es el edificio más conocido y visitado de la ciudad. Una de las catedrales más impactantes de España, tanto por su emplazamiento como por las vistas de que goza. Una maravilla arquitectónica gótica.
También es gótica Sa Llotja, edificio destinado al intercambio de bienes del siglo XV, y otra de las visitas imprescindibles. Mi corta lista de primeras recomendaciones terminaría con el Palacio Real de la Almudaina, un palacio árabe.
Pero Palma no se acaba en su casco histórico, ni mucho menos. La posibilidad de tener en una ciudad tan grande como la capital mallorquina una playa más que decente es una de las grandes atracciones para los visitantes, que disfrutan de los atardeceres en el puerto antes de dejarse llevar por el ajetreo de las noches.
Las embarcaciones de pescadores ocupan una buena parte de la zona costera de Palma, perfectamente visible desde las colinas del oeste de la ciudad, en las que aún está muy presente el impacto turístico de la ciudad en los años 60 y 70.
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La isla de Mallorca es un destino fácilmente accesible y que ofrece una gran variedad de posibilidades al visitante y viajero, y Palma, su capital, es la sede perfecta tanto para un viaje alrededor de la isla como para unos días de turismo urbano.
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