Aunque la ciudad de Winchester es perfecta para un viaje de un día desde Londres, por ejemplo, lo cierto es que, en mi opinión deberías al menos quedarte a dormir en ella un par de noches para sacarle el máximo provecho a la antigua capital de Inglaterra. Y si me haces caso, te recomiendo que te quedes a dormir en el Mercure Winchester Wessex Hotel, donde yo me quedé cuando fui invitado por Visit Winchester.
El Mercure Winchester Wessex Hotel está situado en pleno centro de la ciudad, literalmente pegado a la Catedral de Winchester, de la cual podrás oír las campanas durante tu estancia. Sería absolutamente imposible encontrar un hotel mejor situado de cara a tu visita, de aquí mi recomendación.
Aunque las virtudes del Mercure Winchester Wessex Hotel no se quedan aquí. El hotel, que fue construido en 1964 y lleva cuatro años como parte de la cadena de hoteles Mercure, puede no atraer demasiado desde fuera debido a su arquitectura típica de los años sesenta. De hecho, en otras visitas a Winchester, en las que no me había alojado en él me había parecido tener un aspecto frío y poco apetecible que cambió completamente en cuanto crucé sus puertas.
Tanto las áreas comunes del hotel, de un estilo bastante moderno, como las 94 habitaciones con una decoración mucho más clásica, tienen un aspecto cálido, acogedor y una limpieza impecable. El contraste es aún mayor durante el invierno, claro está, cuando parece que es el propio edificio el que te da la bienvenida y te arropa lejos de la intemperie.
Sus cómodas habitaciones se reparten entre las Classic, Executive y Privilege, dependiendo de las comodidades y las vistas de la misma. Y en esta ocasión las vistas son más que relevantes porque si te decides por pagar un poco más podrías ver la Catedral de Winchester desde tu propia ventana, ¡qué mejor vista para comenzar un día en Winchester!
La distribución en las habitaciones me gustó mucho, y aunque no son excesivamente grandes no tuve en ningún momento una sensación de agobio o de falta de espacio. La pequeña mesa junto a la ventana se convirtió por momentos en una oficina con vistas a la catedral y conexión a Internet mediante Wi-Fi gratuito, y cuando el sueño me ganó la gran cama me proporcionó todo el descanso que necesitaba para afrontar los siguientes días de mi visita a Winchester. Además, la tetera, junto a una buena selección de tés y cafés hizo que no me hiciese falta salir de la habitación para ir a la cafetería.
Una cafetería-bar llamada Kings Lounge que, por otro lado, vuelve a conquistarte con el gran valuarte del Mercure Winchester Wessex Hotel, su cercanía al templo más importante de la ciudad. Junto a ella, el restaurante ofrece un desayuno buffet muy completo con una buena variedad de bollería y todos los elementos necesarios para confeccionar tu full English breakfast.
Si vas a visitar Winchester, no puedes hospedarte en otro lugar que no sea el Mercure Winchester Wessex Hotel. Sigue mi recomendación y paga un poco más por tener las vistas de la Catedral y cada vez que abras las cortinas te sentirás feliz por haberlo hecho. ¡Es increíble!