Hotel Cour des Loges, todo el lujo que Lyon ofrece

Desde que hace ya más de tres años hice la promesa de no volar jamás algunos viajes se han convertido en largas odiseas, para bien y para mal. Días y más días de desplazarse cansan a pesar de la comodidad de los trenes de hoy en día. Pero hoteles como el Cour des Loges de Lyon, con un lujo y una atención al detalle del máximo nivel, ofrecen al cansado viajero el reposo necesario para volver a comerse el mundo.

Cuando Hortense Girardet, asistente de relaciones con los medios de Maisons & Hotels Sibuet, me ofreció la posibilidad de pasar la última de mis noches en Lyon en el hotel Cour des Loges quedé atrapado por lo que vi en su web. Un hotel de lujo, sí, pero con historia también, con un personal premiado a nivel internacional, y mucho más. Mi viaje a través de Europa me volvía a alegrar la existencia incluso antes de partir.

Pasaron las semanas y pronto me encontraba caminando hacia este lugar de ensueño. En el número 6 de la Rue du Bœuf, en pleno barrio de la Vieja Lyon se encontraba la entrada a este hotel que compite con los mejores en los que he estado en mi vida. Las letras doradas sobre el fondo negro que me indicaban que había llegado al Cour des Loges eran un aviso de lo que me esperaba en su interior: lujo, pero con la mayor de las sobriedades.

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Historia del Cour des Loges

La historia del Cour des Loges comienza mucho antes de que este establecimiento fuese un hotel. En los siglos XV y XVI, cuatro edificios renacentistas con clara influencia italiana construidos para los mercaderes, banqueros y tipógrafos que por aquel entonces dominaban la próspera ciudad de Lyon se alzaron en los números 2, 4, 6 y 8 de la Rue du Bœuf que ahora componen este magnífico hotel.

En el siglo XVII, el propietario de los números 2, 4 y 6, Claude de Beaumont, vendió los edificios a los jesuitas, quienes convirtieron este lugar en un anexo a un colegio que habían abierto anteriormente. Entonces se añadía al número 6 la galería en torno al patio y la escalera en herradura.

Cuando la Revolución Francesa expulsó a los jesuitas, estos edificios fueron subastados y alquilados como hogares. Entonces llegaría más de un siglo de decadencia y deterioro hasta que en los años 70 del siglo XX se comenzó a tomar en serio la restauración de la Vieja Lyon.

En 1981 comenzarían las obras en las cuatro casas de la Rue du Bœuf. Obras que durarían unos cuatro años dando en febrero de 1987 el aspecto actual a la sede del Cour des Loges.

Sería la familia Sibuet, encabezada por Jocelyne y Jean-Louis, quien abriría este hotel como parte de la expansión de Maisons & Hotels Sibuet; una empresa que lleva 30 años ofreciendo un alternativa especial a los hoteles de lujo en el área de los Alpes franceses y el sureste de Francia.

Mi entrada en el Cour des Loges

Al cruzar el pasillo tras la entrada del Cour des Loges me encontré con las llaves de oro. Clefs d’Or es el nombre que recibe el servicio de conserjería del hotel que ha sido galardonado en más de una ocasión.

Mientras su agradable y atento personal se ocupaba de mi equipaje, uno de los recepcionistas del hotel hacía mi rápido registro en el Cour des Loges. El nivel de cuidado por el detalle era tan alto que un examen mental que traté de hacer al personal terminó con matrícula.

Pronto me encontré subiendo ascensores y escaleras por un magnífico laberinto de moquetas, maderas, piedra y rojos muros hasta llegar a mi habitación.

Mi habitación en el Cour des Loges

El Cour des Loges tiene 61 habitaciones, cuatro de ellas suites o apartamentos. Mi habitación tenía además vistas a la Basílica de Nuestra Señora de Fourvière, lo mejor que uno puede desear ver desde su ventana en Lyon.

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Con suficientes ventanas como para que la luz natural invadiese el espacio durante el día, pero sin dejar de lado la comodidad y reposo que expresa la luz cuando no es agresiva. Así era la habitación, en la que quizás eché de menos una mesa aún mayor para trabajar. Supongo que poca gente se dedica al trabajo cuando se hospeda en un lugar como éste.

La cómoda cama destacaba por un gran cabezal sobre el que se había pintado un fresco, un paisaje campestre bajo el que mis sueños de esa noche fluirían, mientras mis gafas y libro reposaban sobre el mármol de la mesita de noche. Una oda al lujo más clásico.

El baño, separado por unas cortinas del resto de la habitación era la mejor zona de refugio tras un largo y frío día de enero en las calles de Lyon cargado con una gran mochila. Una luz tenue, casi te invitaba a relajarte en la bañera en lugar de darte una rápida ducha, y yo acepté la invitación con gusto. Especialmente con los cosméticos de Pure Altitude, empresa que también pertenece a la familia Sibuet.

Mi desayuno en el Cour des Loges

Tras una noche de tal reposo que ni tan siquiera recuerdo algo de ella, la mañana llegó a Lyon y antes de continuar mi viaje por Europa tocaba disfrutar del desayuno del Cour des Loges. Éste se servía bajo la cubierta del patio renacentista que une los edificios.

Allí, redondas mesas esperaban, como en los grandes banquetes, a que disfrutases de la mejor colección de productos locales, dulces y salados, que puedo imaginar. Quesos, bollería, todo cocinado a la perfección, todo tan delicioso que no puedo evitar salivar mientras escribo estas líneas.

El Pure Altitude Spa

Si hablaba al describir el baño de los productos de Pure Altitude, era porque estos van más allá de la cosmética. Maisons & Hotels Sibuet siempre ha creído que un hotel debe ir más allá de pernoctar. Así, sus spa han sido una característica más de los hoteles de la cadena bajo este nombre que evoca inevitablemente las cimas de los Alpes.

En el Cour des Loges, el Pure Altitude Spa cuenta con sauna, baño turco, piscina cubierta, sala de ejercicios, sala de relax y dos salas para recibir tratamientos. Toda una renovación para el cuerpo y, también el alma.

Restauración en el Cour des Loges

La restauración en el hotel Cour des Loges va mucho más allá del desayuno, mucho más allá. Y tiene un nombre propio, el del Chef Anthony Bonnet, un auténtico talento que hizo que el restaurante Les Loges obtuviese una estrella Michelin en 2012.

Pero éste no es el único restaurante del Cour des Loges. Algo más informal, el Café Épicerie, llevado también por Bonnet, no pierde un ápice de la calidad de su hermano mayor. Y si te apetece más una copa que un banquete, el bar del hotel ofrece una completa lista de champán, coñac y otros refinados licores y cócteles.

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Antes de dejar el Cour des Loges me decidí a dar un paseo por sus jardines colgantes, aunque el tiempo no acompañase demasiado, y no pude más que imaginar la belleza y calma de este espacio abierto durante los meses menos fríos. Una terraza rodeada de verdes enredaderas y dispuesta con sillas de oscura madera a invitarte a un aperitivo bajo el sol.

Las habitaciones del hotel Cour des Loges van desde los 190€ hasta los 485€ dependiendo de la temporada y la disponibilidad, mientras que las suites parten de los 340€ hasta llegar a los 870€.

Si quieres que tu viaje a Lyon tenga la palabra lujo escrita en oro, la palabra reposo bordada en tu cama y la palabra calidad rebosando por todos los rincones, el hotel Cour des Loges te lo dará. Palabra.

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