Este artículo pertenece a la guía de Winchester de Vivir Europa.
Algo que me gusta muchísimo de Inglaterra es lo bien que se conservan los edificios antiguos y lo integrados que están con el día a día de la sociedad británica. La separación entre lo antiguo, lo monumental y lo moderno y utilizado es casi nula y es bastante norma vivir o frecuentar lugares con más de un siglo de vida. Esta sensación se experimental al ir de compras en Winchester por High Street (la calle alta), la principal zona comercial de la ciudad y esencialmente peatonal.
Tengo que reconocer que mi relación con las zonas comerciales es más bien de amor-odio. Aunque con los años me he ido volviendo más amante de la naturaleza, de las caminatas en soledad por espacios verdes, en incluso le encuentro cierto interés también a la fauna, todavía sigo siendo un urbanita. Me gusta la vida en la ciudad, el ruido y la gente, así que en lugar de ver documentales sobre manadas de animales me resulta más divertido acudir a zonas comerciales y hacer lo que los ingleses llaman people watch; observar a las personas comportarse instintivamente, guiados por el afán por la compra, la búsqueda del consumismo y de la satisfacción por la posesión.
Pero esta curiosidad que siento coincide también con que el paso del tiempo ha ido mermando mi necesidad por adquirir objetos materiales. De hecho, como ya comenté al hablar de mis recomendaciones para preparar las maletas, todo mi viaje por Europa durante tres años, más todo aquello que tenga que añadir por estar ahora en Inglaterra ahorrando dinero, lo estoy realizando con unos 20 kilos aproximadamente de equipaje separado en dos maletas.
En esta dicotomía entre el interés por el factor social de el mismo hecho de comprar y la falta de necesidad de consumir me encuentro cuando visito una zona comercial o una calle comercial de una ciudad. Por un lado tengo ganas de observar a la gente, ver su comportamiento, pero por otro lado me agobia muchísimo el ambiente de consumismo, unido a la prisa con la que se desplaza la gente. Siempre he pensado que al resto de las personas las bolsas de la compra les deben quemar, porque no hay nadie con la bolsa de Zara de turno que no camine a velocidad de crucero.
Una vez dicho esto, y habiéndote hecho partícipe de esta visión personal sobre algo tan del día a día como las zonas comerciales, he de reconocer que la High Street de Winchester no me agobia en absoluto. No porque no tenga gente, pues hasta la fecha, siempre que la he visitado, la ha tenido; sino sencillamente porque es una delicia caminar por una calle comercial que existe desde que Winchester era Venta Belgarum y el idioma hablado era latín y no inglés.
Los negocios que te vas a encontrar no son necesariamente de la época, todo sea dicho (aunque más de un negocio familiar sigue en pie); Thomas Cook, Starbucks, Café Nero, todos los negocios que puedes encontrar en cualquier zona comercial de Inglaterra están aquí, pero la envoltura de los mismos se remonta a la época de los Tudor. Por poner un ejemplo, con la salvedad del de St Katharine’s Docks en Londres, el Starbucks de Winchester es el que más me ha encantado hasta la fecha.
High Street no está ausente en cualquier caso de atracciones más viajeras y tiene dos puntos de interés bastante particulares. Por un lado está el edificio de la sucursal del banco Lloyds en la calle, antiguamente el ayuntamiento de la ciudad, hoy desplazado al este de esta calle, y que aún conserva un gran reloj que me encanta y me recuerda al que puedes encontrar en la Royal Mile de Edimburgo, por ejemplo. Dicen que todavía suenan las campanas de este reloj cada día para dar el toque de queda.
A pocos metros de allí se encuentra una cruz de piedra envuelta en una estructura circular. Se trata de la Butter Cross, o cruz de mantequilla, que fue construida en el siglo XV a partir del dinero recolectado como impuesto cargado a la gente que era pillada comiendo mantequilla durante la Cuaresma. Como ves el nombre no es casual.
En definitiva, siendo como es además la columna vertebral de la ciudad, High Street es de visita y no solo de paso obligatorio durante un viaje a Winchester. Además, la estación de autobuses y de trenes están a pocos minutos andando del centro de esta calle, así que no te la pierdas.