Este artículo pertenece a la guía de Lovaina de Vivir Europa.
El día más largo del año, el solsticio de verano en el hemisferio norte, y por tanto en toda Europa, tiene lugar el 20 ó 21 de junio cada año. La noche se acorta más que nunca y el día se alarga tanto que, en países como Bélgica, llega a superar las 16 horas y media. Este día, De Langste Dag, es el día ideal para salir de compras en Lovaina.
No es que me guste especialmente vivir en una sociedad donde el consumismo y la adquisición de objetos materiales sea el motor de mucha gente, supongo que a esta sensación no ayuda el no poder claudicar por no tener fondos suficientes, pero sí me gusta cuando alguien se toma la molestia de convertir el mundano acto de ir de compras en una experiencia más interesante para toda la familia, y eso es lo que ocurre con De Langste Dag –el día más largo en neerlandés- en Lovaina.
El objetivo principal de esta celebración que en 2014 cumplió 29 años es aprovechar el solsticio de verano para incitar a que la gente salga a las calles a comprar. Las tiendas no solo tienen horarios más extendidos, sino que muchas calles de la ciudad, todas las comerciales en realidad, se cortan al tráfico y los negocios pueden disponer sobre las aceras tenderetes cual mercado ambulante con sus ofertas del día.
Las plazas se llenan de puestos callejeros, y algunas zonas más amplias se convierten en una exhibición de autos de los concesionarios de la zona. Leuven Handelt!, organizadores de De Langste Dag, han conseguido convertir en este día en Lovaina en uno de los eventos comerciales más importantes de Flandes del año, con unas cien mil personas aprovechando la oportunidad de cargar con bolsas a casa.
Pero decía que me gusta que la gente se tome la molestia de hacer de estas compras algo más interesante, y De Langste Dag lo consigue con varias iniciativas, la principal de las cuales es el teatro callejero. A medida que paseas por la ciudad de puesto en puesto, te encuentras con gigantes, caballeros, o fantásticos monstruos. Artistas que amenizan a los pequeños un día que sería tedioso para ellos en cualquier otra ocasión.
La Grote Markt, con un pequeño escenario, ofrece música en directo mientras varios grupos locales muestran sus quehaceres. Juegos de mesa, grupos culturales y lingüísticos, artes marciales, un poco de todo, y por supuesto los bares y sus terrazas a rebosar, que uno no va a estar andando y comprando todo el día.
Y la terraza más grande de Europa, Oude Markt, además de servir copas tiene una improvisada peluquería al aire libre durante todo el día. Peluqueros locales de renombre cortan los pelos a precios nada populares pero sí por una buena causa, pues los beneficios van destinados a asociaciones no gubernamentales.
La ilusión final para los niños, es que las compras de sus padres les supongan una sorpresa final, pues al comenzar el cierre del día, un afortunado menor de 12 años será el ganador de un viaje de fin de semana con su familia a Disneyland París. ¡Así sí que gusta ir de compras!