Begijnhof Hotel, alojamiento en Lovaina con historia

Lovaina es una ciudad que suele quedarse fuera de los circuitos turísticos por Bélgica y en especial Flandes. Solamente aquellos que conocen ya el país se atreven en una segunda visita en hacer un viaje de un día a esta ciudad para ver su viejo Ayuntamiento y el Groot Begijnhof. Pero lo cierto es que esta pequeña ciudad de estudiantes es ideal para pasar un fin de semana disfrutando del resto de sus atracciones, sin prisa, y para ello no hay un lugar más encantador y cómodo que el Begijnhof Hotel de Lovaina.

Cuando para completar mi guía de Lovaina me decidí a buscar y reseñar el mejor hotel de la ciudad, hubo uno que me llamó la atención por encima del resto, un hotel cuya fachada ya me era familiar, pues había pasado por delante de él cuando visité anteriormente el Gran Beguinaje. Quería hospedarme en el Begijnhof Hotel, en esta preciosa e intemporal zona de Lovaina, y la invitación de Erik Peters, su BDM, a pasar tres noches en él fue irresistible.

El Begijnhof Hotel se encuentra al sur de Lovaina, a unos 15 minutos andando de Grote Markt, la plaza central, y pegado al Groot Begijnhof. Con acceso directo al anillo de circunvalación de la ciudad, su situación es ideal si viajas en coche por Bélgica, sin que esto suponga molestia alguna durante tu estancia, pues la separación con el anillo por medio del aparcamiento hace que no haya ruido alguno en esta zona de la ciudad.

Si llegas a Lovaina en tren o autobús y no te apetece el agradable paseo de menos de media hora por la ciudad, no tienes más que tomar en la estación alguno de los muchos autobuses que te acercarán en menos de un cuarto de ahora al mismo. Puedes elegir entre las líneas 1, 2, 318, 337, 600, 601 ó 616, por ejemplo. Todas ellas parando a unos pasos del hotel en el anillo de la ciudad.

Construído junto al Gran Beguinaje de Lovaina y al río Dyle, el Begijnhof Hotel está completamente integrado con este barrio que es Patrimonio de la Humanidad. De hecho, una parte del hotel formaba parte del beguinaje y cuando se realizó la construcción de la zona de habitaciones se trató, con éxito, de que estuviese en armonía con la arquitectura de estos edificios del siglo XIII.

Gracias a su tranquilidad y la calidad del servicio, el Begijnhof Hotel es el lugar ideal para aquellos que llegan a Lovaina para participar en alguna de las conferencias de la KU Leuven, la universidad local, que además es también propietaria del beguinaje. Pero también para una visita turística a Lovaina, especialmente si se busca tranquilidad y reposo, una de las señas de identidad de este hotel de cuatro estrellas de gran popularidad en el mercado neerlandés.

Una primera aproximación al Begijnhof Hotel te muestra un lugar en el que se combina la tradición propia de un sitio histórico con la modernidad de sus habitaciones e instalaciones. Y es que no es necesario acomodarse en el estilo de siglos pasados para mantener el encanto de un lugar. Y su modernidad no le hace perder carisma o calidez alguna.

Desde mi llegada al hotel me quedó claro algo que Erik me comentaría en una agradable charla que tuvimos durante mi estancia. Todo el personal del hotel ha sido preparado para ayudar en todo lo que sea posible a los clientes. Hasta aquí nada especial, pero es que realmente se les ve disfrutar con ello, y eso sí que cambia mucho. Siempre he dicho que no hay nada peor que un hotel fantástico con un personal apático o, aún peor, antipático. Pero aquí no pasa eso, e incluso se les ve ávidos por responder tus preguntas en todo momento y atender tus necesidades.

Al llegar a mi habitación del Begijnhof Hotel, una de sus 69 habitaciones, me encontré con un espacio cómodo y con una decoración muy acogedora, donde el bienestar del huésped está por encima del lujo, y la gran cama es la protagonista absoluta, una cama que he echado de menos en más de una ocasión desde que me alojé aquí.

Junto a la cama, una pequeña mesa redonda de madera con dos sillas hizo de mi improvisada oficina. Una oficina con vistas a la terraza interior del Begijnhof Hotel, uno de los orgullos de su personal, ideal para organizar eventos. Combinando estas vistas con el aroma de los cafés que la cafetera de la misma habitación me proporcionaba hasta las horas de reposo en la habitación son satisfactorias.

Por último mencionar el cuarto de baño de la habitación, sencillo y funcional, con una bañera en lugar de plato de ducha por si el día paseando por Lovaina ha sido especialmente agotador y uno quiere dedicarse a ver las noticias en remojo tranquilamente a través del móvil y con la conexión a Internet del hotel, que es gratuita para todos los huéspedes.

Si antes mencionaba las vistas al patio interior como una de las cosas que más me gustó de mi habitación (y por eso te recomiendo pedir alguna habitación con vistas a este durante tu estancia) es porque este patio es sencillamente fantástico. Un amplio espacio verde en el que sillas de jardín de madera te invitan a tomar una copa o un café mientras lees un buen libro o charlas con tus acompañantes sobre tus mejores descubrimientos en tu viaje a Lovaina.

Todo esto junto a la estatua de una encantadora beata, en honor al beguinaje, y con la Orangerie del hotel como alternativa en caso de que el tiempo no te permita estar al aire libre. Allí se encuentra el bar del hotel, justo entre el patio y la recepción.

Decía que una parte del hotel formaba parte del Groot Begijnhof. Se trata del salón en el que se sirven los completos desayunos del Begijnhof Hotel, que en su día fue el aparcamiento de los carruajes que llegaban a este lugar y que, aun a pesar de haber sido reformado completamente, conserva toda la estructura de madera original. ¿Se te ocurre un lugar mejor para disfrutar de una buena bollería o un desayuno inglés?

El Begijnhof Hotel tiene siempre una gran cantidad de ofertas que te ayudan a disfrutar de todo lo que supone una visita a Lovaina: tres noches al precio de dos; catas de cerveza en Domus, un restaurante que sigue fabricando su propia cerveza; cenas románticas con sauna, pues el hotel dispone de una sauna además de una pequeña zona de fitness con dos máquinas y un juego de pesas; acceso a las mejores atracciones de la ciudad, incluido en estos momentos la exposición sobre la entrada del ejército alemán en Lovaina durante la Primera Guerra Mundial; productos regionales o alquiler de bicicletas, para acceder más fácilmente a lugares como el Castillo de Arenberg o las abadías de Lovaina.

Para reservar en el Begijnhof Hotel lo mejor es contactarles directamente e informar de qué es aquello que buscas durante tu estancia en Lovaina, pues es entonces cuando el trato personal de este hotel se pone más de manifiesto. Puedes enviar un correo electrónico a [email protected] o llamarles al +32 16 29 10 10, y no te preocupes, que hablan inglés perfectamente.

Si tienes pensado viajar a Lovaina -y si no lo has pensado, más te vale comenzar a hacerlo- el Begijnhof Hotel es sin lugar a dudas el lugar ideal en el que hospedarte. Muchas ofertas, un servicio excelente y la posibilidad de dormir junto a uno de los grandes patrimonios de esta ciudad flamenca son sólo algunas de las cosas que allí te esperan.