Este artículo pertenece a la guía de Debrecen de Vivir Europa.
Voy a hablar por fin de las cafeterías de Debrecen, mi segundo lugar de trabajo tras mi propia casa, y los locales que más disfruto en Hungría debido a su estilo, la variedad de su carta y la gran cantidad que hay. Comienzo a escasos pasos del Nagytemplom, la gran iglesia de Debrecen, en el Árkád Kávézó, el café arcade.
Sin duda su localización es su mayor atractivo, al este de la iglesia, en Kossuth tér, la plaza central y punto de encuentro más concurrido en Debrecen. Debido a esta exposición involuntaria de que disfruta, el Árkád Kávézó sufre de una metamorfosis que he podido observar durante mi vida aquí en otros cafés de la zona turística. Según estemos en verano o en invierno, esta cafetería cambia completamente.
En verano, una gran terraza de toldos beige se sitúa sobre un entarimado de madera oscura. Tanto locales como turistas, que en invierno desaparecen, aprovechan para tomar cafés, refrescos o helados mientras disfrutan, como yo tantas veces hice, de ver a la gente pasar en su ajetreado ir y venir diario o de esa fantástica brisa veraniega que para nosotros, acostumbrados al sofocante calor durante el verano es más sinónimo de primavera que de verano.
Al llegar el invierno todo cambia, mucho. De un día para otro de la terraza no queda más que la tarima de madera, y prácticamente al día siguiente ésta también se ha fugado. De igual manera, el puesto de helados, que pierde su atractivo cuando las posibilidades de que se derrita mientras lo comes se hacen casi nulas, se esconde, supongo, en la trastienda del local, que debe ser fantásticamente grande.
En su lugar, un pequeño patio justo antes de entrar en el recinto en sí gana muchísimo atractivo gracias a sus mantas y las pequeñas pero potentes estufas que permiten mantenerse en el exterior sin morir de frío. Sus sillones de mimbre son el lugar perfecto para disfrutar de un forralt bor en fechas navideñas.
El interior del Árkád Kávézó – que efectivamente lleva tilde en todas sus vocales, maravillas de la lengua húngara – te confunde al estar a mitad de camino entre una cafetería y un pub debido, ciertamente, a que su barra pertenece más a un bar de copas que a un pequeño café.
Son cuatro los colores que dominan esta escena interior, el bistre oscuro de la madera, el amaranto de la tapicería, el color almendra pálido de los techos y por último el gris de algunos elementos decorativos. Todos, en perfecta armonía te devuelven a la tranquilidad de un café en el centro de la ciudad.
Su amable personal y la variada carta, tónica general en las cafeterías de Hungría, de la que puedes sacar gran cantidad de cafés, cócteles y otros tipos de bebidas son dos reclamos más para disfrutar de una mañana o tarde ya sea de la estación que sea de sus sabores y ver la vida pasar, ya sea desde la terraza, o a través de su ventanal.
Ah, en cuanto a los precios, os dejo algunos apuntes, que siempre es interesante: un Caffe latte como el de la foto de arriba, 420 HUF (1.33€); botella de agua mineral de 20cl, 260 HUF (0.82€); sandwich de queso, 320 HUF (1.01€). Ahora ya tenéis una primera cafetería a la que acudir en vuestra visita a Debrecen.